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Viajar en coche con niños pequeños puede ser una aventura... especialmente cuando uno de los pasajeros empieza a marearse. Lo que a veces se toma como una molestia menor es en realidad un fenómeno médico llamado cinetosis, que afecta especialmente a los más pequeños, y puede arruinar cualquier trayecto si no se toman precauciones.
La cinetosis, también conocida como mareo por movimiento, es una reacción del cuerpo cuando el cerebro recibe señales contradictorias entre lo que ve y lo que percibe. En el coche, mientras el oído interno detecta movimiento, los ojos pueden estar fijados en algo estático, como una pantalla o un libro. Esta desconexión desencadena síntomas como sudores fríos, náuseas, vértigo e incluso vómitos.
Aunque cualquier persona puede sufrirlo, los niños a partir de los tres años, las mujeres embarazadas y quienes toman ciertos medicamentos tienen mayor predisposición. Por el contrario, los bebés menores de dos años no suelen marearse, ya que su sistema neurosensorial aún no ha madurado del todo.
La cinetosis no tiene cura definitiva, pero puede prevenirse y minimizarse con medidas sencillas y eficaces:
▶ Buena ventilación: antes de salir, ventila el coche unos minutos. Durante el viaje, mantener el aire fresco es clave.
▶ Temperatura óptima: ajusta el climatizador entre 21 y 23 ºC para evitar que el calor o el frío agraven los síntomas.
▶ Ubicación estratégica: la mejor plaza es la trasera central, ya que permite al niño mirar al frente y fijar la vista en el horizonte.
▶ Evita pantallas y libros: distraer la vista con objetos cercanos agrava el problema. Mejor mirar por la ventanilla o dormir.
▶ Paradas frecuentes: haz descansos cada 1-2 horas para que el niño respire aire fresco y se recupere.
▶ Comidas ligeras: ni con el estómago vacío ni repleto. Un tentempié ligero antes del viaje ayuda.
▶ Viajes nocturnos o de madrugada: muchos niños duermen durante estos trayectos y el riesgo de mareo se reduce.
▶ Bolsas y toallitas a mano: por si acaso, lleva bolsas para vómito y toallitas húmedas en la guantera.
▶ Consulta médica: si el problema persiste, un pediatra puede recomendar medicación específica, aunque puede producir somnolencia.
Además de estos consejos, la forma de conducir influye notablemente en el bienestar de los pasajeros. Evita frenazos, acelerones y giros bruscos: una conducción suave ayuda a evitar el mareo.
También es importante revisar el estado general del vehículo. Un coche que vibra en exceso, con problemas en la suspensión o con una climatización deficiente puede empeorar la experiencia de viaje, sobre todo en niños sensibles a estos estímulos.
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