¿Sabes cuándo cambiar el filtro del habitáculo o antipolen de tu coche?
Con la primavera a la vuelta de la esquina, los días son más largos, la temperatura sube y también llegan los inconvenientes de esta estación del año.
Cada vez, son más los españoles que presentan algún tipo de alergia. En este sentido, para aquellos que conducen, esto puede ser potencialmente peligroso, pues un simple estornudo nos hace desviar la atención de la carretera el tiempo suficiente como para poder vernos involucrados en un accidente.
A este respecto, quizá, el elemento que más trabaja por nuestra seguridad al volante es el filtro del habitáculo, filtro de cabina o antipolen. Y es aue, no cambiar este elemento en los plazos apropiados puede acarrear problemas de salud para ti y también para tu coche.
¿Sabías que el filtro para evitar que los ocupantes del coche respirasen el polvo de la carretera no llegó hasta 1978? En ese año se presentó el Saab 900, primer coche con filtro antipolen.
Desde entonces, estos filtros han avanzado mucho y su sustitución es rápida, sencilla y económica. Más teniendo en cuenta los beneficios que obtienen los conductores con su buen funcionamiento.
Y si tienes alguna duda, basta con pedir a tu mecánico de
tu Taller de confianza Nubecar que te muestre el estado del viejo filtro de habitáculo: te convencerás al instante de la importancia que tiene este sencillo elemento y te sorprenderá la cantidad de porquería que respiramos a diario.
La importancia del filtro de habitáculo
Un filtro de este tipo en mal estado puede acarrearnos más problemas de los que imaginamos, incluso aunque no seamos alérgicos. El tráfico rodado levanta una enorme cantidad de partículas que se encuentran sobre el asfalto o en suspensión: polvo, polen, restos de neumáticos desgastados, polvillo de las pastillas de freno, ácaros…
Esto hace que a la altura de la entrada de aire del sistema de climatización del coche haya una elevada concentración de partículas potencialmente perjudiciales para la salud.
Estas sustancias no sólo tienen una elevada incidencia en los problemas respiratorios, sino también para los ojos, provocando picores, cansancio y favoreciendo la aparición de problemas de conjuntivitis.
El filtro antipolen no sólo evita que entre polvo y partículas en el interior del coche, si no que ayuda a mantener limpios los conductos del aire acondicionado y evitar así la proliferación de ácaros, hongos y bacterias, algunas de ellas tan peligrosas como la legionela.
Por ello es importante sustituir el filtro antipolen de tu coche de forma periódica. Tampoco está de más realizar de vez en cuando una limpieza y desinfección de los conductos de aireación
¿Cómo funciona este filtro?
Este filtro evita que las partículas entren en el habitáculo. Se instala en la entrada de aire del sistema de climatización y suele estar fabricado de microfibras sintéticas y, a diferencia de los filtros de los motores, son electrostáticos (están cargados de electricidad estática).
De esta forma, además de no dejar pasar determinadas partículas simplemente por su tamaño, también se quedan literalmente pegadas a él algunas más pequeñas, como el polen, debido a las fuerzas de atracción que hay entre partículas con carga opuesta.
Existen modelos de alta gama que incorporan otro filtro de carbón activo en el sistema de climatización que además elimina gran parte de los malos olores.
Averías del filtro antipolen
Un filtro de habitáculo sucio puede salir muy caro, ya que, además de los problemas de salud que puede conllevar, el paso de aire está cada vez más obstruido y el sistema de climatización empieza a fallar. Esto genera varios problemas como:
Mayor consumo de combustible: al estar el filtro taponado, como hay poco caudal de aire, el sistema de climatización tiene que trabajar más forzado, lo cual exige un mayor consumo de energía.
Ventilador quemado: al circular peor el aire y tener que trabajar más forzado, es más probable que acabemos teniendo problemas con el motor eléctrico del ventilador. El problema no viene porque tenga que girar más deprisa, sino porque un filtro obstruido no deja pasar aire, pero si puede desprender parte de la suciedad acumulada. Esa porquería suele agarrotar los cojinetes del motor del ventilador, que se gripa y se quema.
Problemas en el evaporador: este componente es donde se genera el frío del sistema. Básicamente es un radiador en cuyo interior un fluido pasa de líquido a gas. Si el filtro permite pasar suciedad puede llegar a obstruirse, perforándose por corrosión.
Cuánto cambiar el filtro del habitáculo
En el manual de instrucciones del coche viene especificado el intervalo de cambio recomendado por el fabricante. No obstante, por regla general, el filtro de habitáculo debería cambiarse en cada revisión y, en cualquier caso, como máximo cada dos años, aunque lo ideal es hacerlo una vez al año.
Asimismo, si circulamos habitualmente por zonas polvorientas o con mucha concentración de agentes en suspensión (polen, contaminación...), incluso podría ser recomendable cambiar el filtro cada seis meses, sobre todo, si tenemos problemas respiratorios o alergias muy acusadas.
