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¿Tu coche chirría cada vez que frenas y no sabes por qué? Sigue leyendo y descubre las causas más comunes del ruido en los frenos y cómo ponerle solución antes de que sea tarde.
Si al pisar el freno de tu coche escuchas un chirrido agudo y molesto, no estás solo. Es una de las consultas más frecuentes en los talleres y una de las señales más claras de que algo no va bien en el sistema de frenado. Aunque no siempre es motivo de alarma, conviene prestar atención a cualquier ruido anormal para mantener la seguridad y evitar averías costosas. A continuación, te explicamos las causas más habituales y qué hacer en cada caso.
Cuando accionas el pedal del freno, una pinza presiona las pastillas contra los discos para detener el coche. Si todo está en buen estado, este proceso es silencioso. Sin embargo, con el tiempo y el uso, algunos componentes empiezan a desgastarse o ensuciarse, y es entonces cuando aparece el ruido.
► Pastillas de freno muy gastadas: si el material de fricción (ferodo) desaparece, el metal de la pastilla roza contra el disco, produciendo un chirrido estridente. Esta situación puede ser tan grave que te obligue a detener el coche y solicitar asistencia.
► Avisador acústico: algunos fabricantes incluyen una chapa que roza el disco cuando las pastillas están a punto de acabarse, generando un sonido de advertencia. Es una forma eficaz de avisarte antes de que el desgaste sea crítico.
► Reborde en el disco: con el tiempo, el disco desarrolla un borde en su perímetro. Si una pastilla desgastada entra en contacto con este reborde, puede producir un ruido suave, especialmente al frenar a baja velocidad, como en un semáforo.
► Óxido en los discos: si el coche ha estado parado varios días, los discos pueden oxidarse. El chirrido que escuchas al frenar tras reanudar la marcha suele desaparecer tras unos cuantos usos.
► Freno de mano mal quitado: si usas freno de mano de palanca y no lo bajas completamente, notarás un chirrido inmediato por sobrecalentamiento. Basta con bajar bien la palanca para solucionarlo.
Es lógico pensar que, al ser nuevas, las pastillas no deberían hacer ruido, pero no siempre es así. Estas son las razones más comunes:
► Protector sin eliminar: las pastillas nuevas incluyen una capa protectora que el mecánico debe lijar antes de montarlas. Si no se hace, puede generar chirridos al contacto con el disco.
► Ancho de zapata incompatible: no todas las marcas fabrican sus pastillas con medidas idénticas. Si la zapata es ligeramente más ancha, los primeros kilómetros pueden generar ruido hasta que se adapte.
► Cristalización del material: si haces una conducción agresiva con frenadas fuertes nada más instalarlas, las pastillas pueden cristalizarse por el calor y enfriamiento rápido, provocando ese chirrido tan molesto.
► Pastillas demasiado duras o sucias: hay modelos de pastillas que, por su dureza, hacen ruido desde el primer momento. También puede deberse a polvo o tierra acumulada, por lo que una limpieza a fondo puede ser suficiente.
Si después de limpiar o lijar las pastillas el ruido persiste, lo más recomendable es sustituirlas por otras de mejor calidad o compatibles con tu vehículo. También es importante revisar el estado de los discos y comprobar que no haya rebordes ni deformaciones.
En cualquier caso, recuerda que el sistema de frenos es clave para tu seguridad y debe estar siempre en perfecto estado. Ante cualquier duda o anomalía, no lo dejes pasar.
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