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En la carretera, tu mejor aliado es la conducción preventiva. Pero, ¿qué significa esto exactamente? Se trata de anticiparse a posibles riesgos y peligros para evitarlos, preservando tu seguridad y la de los demás. Aquí vamos a explicarte cómo y por qué debes practicarla, haciendo hincapié en dos pilares fundamentales: la distancia de seguridad y la atención constante al entorno.
Mantener una distancia adecuada con respecto a otros vehículos es crucial. Esa separación actúa como un ‘escudo’ protector, evitando colisiones en frenadas repentinas. Sigue esta regla: dos segundos de diferencia con el vehículo de delante. ¿Cómo lo calculas? Simple: pronuncia en tu mente "1101, 1102…" mientras marcas un punto fijo en la vía. Sin embargo, ten en cuenta que debes ajustar esta distancia:
Además, una buena separación hacia atrás es fundamental durante los adelantamientos. Debes maniobrar sin poner en peligro a los vehículos adelantados ni obligar a otros a modificar su trayectoria o velocidad.
La conducción preventiva también implica tener una visión clara de lo que sucede alrededor. Observa siempre con antelación: